Hallan en la UNAM beneficios de la nicotina para tratar la depresión

Intervención quirúrgica para experimentar la estimulación magnética en el tratamiento de la depresión Foto: Carlos Cisneros

Una quinta parte de la población global padece depresión y, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dentro de 20 años este trastorno emocional será la primera causa de discapacidad en el mundo. Frente al reto que este problema representa para la comunidad médica internacional, científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en colaboración con otras universidades, han descubierto que la nicotina y la estimulación magnética son benéficas para el tratamiento de ese mal.

El estudio es desarrollado por Patricia Vieyra y Román Vidal-Tamayo, del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM; Isaac Túnez, de la Universidad de Córdoba, España, y Marina Piccioto, de la Universidad Yale, Estados Unidos, con la dirección de René Drucker Colín, investigador emérito del IFC y director general de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, quien en entrevista habló de los hallazgos.

Aseguró que si bien la nicotina es una sustancia nociva para el sistema respiratorio, es benéfica y recomendable para la depresión. “Esto no quiere decir que animemos a la población a fumar, pero sí a entender que una cosa son los efectos negativos de la nicotina en el pulmón y otra los resultados positivos de la misma sustancia en el cerebro. La biología es así.”

René Drucker, director de Divulgación de la Ciencia de la UNAM

Impacto en la región productora de la serotonina

–¿Cómo llegaron a asociar la nicotina con la depresión?

–Hace algunos años, al investigar sobre la relación del sueño con la zona del cerebro que produce serotonina, comenzamos a estudiar el impacto de la nicotina sobre esa región. Y sabiendo que la serotonina es un neurotransmisor involucrado con la depresión, pensamos que valdría la pena estudiar los efectos de la nicotina sobre ese trastorno.

–¿En qué consistió el experimento?

–Buscamos pacientes de depresión que nunca habían fumado; por cierto, fue muy difícil encontrarlos. Luego les pusimos durante nueve meses parches de nicotina en el hombro, de los que venden en las farmacias para dejar de fumar, y paulatinamente fuimos reduciendo la dosis de nicotina a través de una menor frecuencia en la colocación del parche. Posteriormente se los retiramos y los observamos durante 15 meses, y se comprobó que a los pacientes se les había ido la depresión.

–¿Cómo ha evolucionado ese trabajo?

–El estudio más reciente es la tesis doctoral de mi alumna Patricia Vieyra, que fue publicado en la revista Brain Research Bulletin. Ella fue a la clínica de tabaquismo a buscar pacientes que querían dejar de fumar. Estudió 15 personas que tenían una depresión encubierta y les dio seguimiento durante un año. Pasado este tiempo, se observó que siete de ellos dejaron de fumar completamente y se deprimieron. Los ocho restantes, por medio de análisis de orina, comprobamos que hicieron trampas y fumaron un poco durante ese periodo, y el resultado fue que se deprimieron menos que los otros. Entonces la hipótesis es que los fumadores se automedican contra la depresión, aunque no todos los fumadores son depresivos. Pero aquellos que sí lo son, y tienen una depresión encubierta, al consumir nicotina se les quita.

–Doctor, usted divulga estos hallazgos en un momento en el cual la Secretaría de Salud (Ssa) ha lanzado una campaña nacional antitabaco. ¿No le parece una información provocadora que puede contrarrestar los efectos de esa campaña?

–A ver, hay que aclarar. Efectivamente, es indudable que fumar es perjudicial para la salud, como lo son también las partículas contaminantes de esta ciudad, y produce cáncer. Ahora, el hecho de que fumar sea nocivo y se asocie con la nicotina, porque es la parte activa del cigarro, no quiere decir que esa sustancia pueda tener otros efectos en el organismo y que algunos sean benéficos, como en el caso de la depresión, para la cual es buena.

Difícil modificar estrategias médicas

–Entonces las personas que sufren depresión, ¿ya pueden medicarse con nicotina?

–Se pueden aplicar los parches; el problema es que en siquiatría hay un medicamento muy aceptado para el tratamiento de la depresión, que es la fluoxetina, y es muy difícil que la comunidad médica modifique sustancialmente sus estrategias a la hora de tratar la depresión.

–¿Los parches de nicotina tienen menos efectos colaterales que la fluoxetina?

–Parece ser que la fluoxetina tiene efectos colaterales a largo plazo, pero de la nicotina no conocemos si también los tiene. Para saber ese dato tendríamos que hacer un estudio de 10 o 15 años e invertir mucho dinero, y en este país no hay apoyo para la ciencia. En ese sentido, a mí me parecen más interesantes los campos magnéticos que la nicotina, porque es una terapia que no genera ninguna molestia en los pacientes, no invade el organismo y no duele. El único inconveniente es que no se trata de tomarse una pastilla o ponerse un parche, sino de acudir periódicamente a un lugar que cuente con una tecnología específica, y mover a una persona deprimida es más difícil.

–¿Es muy costosa esa tecnología?

–No es para que una persona la pueda tener en su casa. Nuestro campo magnético transcraneal costó unos 35 mil dólares (alrededor de 350 mil pesos).

–¿En qué consiste la terapia de estimulación magnética transcraneal?

–Es un estudio muy reciente y todavía no lo hemos aplicado en humanos, sólo en ratas. Consiste en poner al paciente una especie de casco y aplicar dosis de dos horas por la mañana y dos por la tarde durante distintos periodos. Y aunque todavía no sabemos cuál es la dosis más efectiva, hemos encontrado que los campos magnéticos transcraneales son igual de efectivos que la nicotina para controlar la depresión. Ahora, lo que no sabemos es cuánto tiempo dura el efecto. Con la nicotina comprobamos que durante los dos años que duró la observación posexperimental, los pacientes no se volvieron a deprimir, pero no sabemos qué pasó después.

–¿Pero es igual la depresión en una rata que en un humano?

–En realidad no sabemos si las ratas están o no deprimidas, es una interpretación que se hace de la conducta animal, es decir, es lo que se llama antropomorfismo, porque a los animales no se les puede preguntar acerca de su estado de ánimo. Nosotros lo que hacemos con las ratas es que las ponemos en un tanque con agua, les extirpamos el bulbo olfatorio y manifiestan una conducta depresiva. Los animales normales tienen movilidad y nadan en el agua, pero cuando tienen esa bulbectomía entran en un estado de inmovilidad. Cuando les aplicamos dosis de nicotina o de campos magnéticos, las ratas deprimidas reducen sus tiempos de inmovilidad, lo cual interpretamos como que están menos deprimidas.

Un campo poco estudiado

–¿Tiene algo que ver la estimulación magnética transcraneal con la magnetoterapia de las llamadas “terapias alternativas”?

–Tiene similitudes, pero no es lo mismo aplicar campos magnéticos por especialistas que por charlatanes, porque una cosa es la estimulación de las neuronas y otra que apliquen la magnetoterapia para quitar una lonja. Creo que la magnetoterapia no sirve para nada, sólo para quitarle el dinero a la gente. Sin embargo, con seriedad, los campos son muy efectivos, lo que ocurre es que todavía no han sido muy estudiados. Es una disciplina que empieza y aún no se conocen bien los efectos, pero estoy seguro de que en cinco o 10 años se va a convertir en algo muy importante para la medicina.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2008/08/19/index.php?section=ciencias&article=a02n1cie

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