Revisión: Las pruebas disponibles que relacionan el vapeo con el inicio del tabaquismo son débiles

Una revisión sistemática y un meta-análisis de los estudios que analizan los patrones de consumo de tabaco de los jóvenes que usaron cigarrillos electrónicos antes de empezar a fumar, encontraron dificultades para concluir si la nicotina es realmente el mecanismo impulsor de esta asociación.

Al analizar los estudios publicados en las bases de datos PubMed, Embase, Web of Science, Wiley Cochrane Library y los resúmenes de las conferencias de la Society for Research on Nicotine and Tobacco y la Society for Behavioural Medicine de 2018, la revisión actual tuvo como objetivo investigar si el uso de cigarrillos electrónicos se asociaba con el consumo de cigarrillos en comparación con la falta de uso.

De los 9199 resultados, los investigadores incluyeron 17 estudios en el metanálisis. "Hubo pruebas sólidas de una asociación entre el uso de cigarrillos electrónicos entre los no fumadores y el tabaquismo posterior (OR: 4,59; IC del 95%: 3,60 a 5,85) cuando los resultados se metaanalizaron en un modelo de efectos aleatorios. Sin embargo, hubo una alta heterogeneidad (I2 =88%)", informaron.

Pruebas débiles de la asociación entre el vapeo y el consumo de tabaco

El documento explica que, aunque la asociación entre el consumo de tabaco entre los no fumadores y el posterior consumo de tabaco parece fuerte, las pruebas se consideran débiles por una serie de factores. En primer lugar, los datos se recogieron mediante medidas de autoinforme sobre el historial de tabaquismo y no se verificaron bioquímicamente.

En segundo lugar, ninguno de los estudios incluyó controles negativos que proporcionaran pruebas más sólidas sobre si la asociación puede ser causal. Además, muchas de las pruebas tampoco tuvieron en cuenta el nivel de nicotina que contenían los productos de vapeo utilizados por los participantes, por lo que no se puede inferir que la nicotina sea el mecanismo impulsor de esta asociación.

Dejar de fumar mediante el vapeo

Por otra parte, un reciente estudio de intervención y cohorte pretendía determinar si los fumadores que intentan dejar de fumar mediante el vapeo presentan tasas de abandono similares a las de los que utilizan las ayudas para dejar de fumar recomendadas habitualmente.

El estudio, titulado "Electronic cigarettes in standard smoking cessation treatment by tobacco counselors in Flanders: Los usuarios de cigarrillos electrónicos muestran tasas de abandono similares, si no superiores, a las de quienes utilizan las ayudas para dejar de fumar recomendadas habitualmente", analizó el éxito de los fumadores que intentaron dejar de fumar mediante el vapeo.

Los participantes fueron reclutados por consejeros de tabaco y siguieron un tratamiento para dejar de fumar (en grupo) durante 2 meses. Los participantes fueron seguidos durante 7 meses después de la fecha de abandono, y se les pidió que rellenaran cuestionarios y realizaran mediciones de eCO.

"Un tercio de todos los participantes (n = 244) lograron la abstinencia de fumar 7 meses después de la fecha de abandono, y los usuarios de cigarrillos electrónicos tenían más posibilidades de ser abstinentes de fumar en la sesión final en comparación con los usuarios de TRN", informaron los investigadores.

"Las personas que fuman y eligen los cigarrillos electrónicos en el contexto de un tratamiento para dejar de fumar por parte de consejeros de tabaquismo muestran unas tasas de abandono del tabaquismo similares, si no superiores, en comparación con las que eligen otras ayudas para dejar de fumar basadas en la evidencia (o ninguna)", concluyeron.

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