¿Qué es la nicotina y por qué no es la principal culpable?

Introducción

Durante décadas, la nicotina ha sido demonizada como el principal enemigo de la salud en el contexto del tabaquismo. Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que la verdadera amenaza para los fumadores no es la nicotina en sí, sino los miles de productos químicos tóxicos generados por la combustión del tabaco. Comprender esto es clave para tomar decisiones informadas y explorar alternativas más seguras como el vapeo y otros productos libres de humo.

¿Qué es la nicotina?

La nicotina es un alcaloide natural que se encuentra principalmente en la planta del tabaco (Nicotiana tabacum). Es una sustancia psicoactiva con propiedades estimulantes que actúa sobre el sistema nervioso central, promoviendo la liberación de dopamina y generando sensaciones de placer, concentración y reducción del apetito.

Aunque es adictiva, su toxicidad aguda está muy lejos de los niveles peligrosos que muchas veces se le atribuyen. La mayoría de los estudios indican que los niveles de nicotina consumidos por los usuarios de productos regulados no representan por sí solos un riesgo significativo para la salud.

Lo que realmente mata: la combustión

Cuando se fuma un cigarro, el tabaco se quema a más de 600°C, generando más de 7,000 sustancias químicas. De estas, al menos 70 son cancerígenas, como el alquitrán, el monóxido de carbono, el benceno y las nitrosaminas túbaco-específicas (TSNAs).

La nicotina está presente en los productos combustibles, pero no es la responsable de enfermedades como el cáncer de pulmón, la EPOC o las enfermedades cardiovasculares. Como lo ha afirmado Public Health England y otras entidades de salud internacionales, la mayoría de los daños del tabaco provienen de la combustión, no de la nicotina.

Nicotina y adicción

Sí, la nicotina genera dependencia, pero eso no la convierte en el enemigo público n.º 1. El contexto en el que se consume es determinante: no es lo mismo una sustancia adictiva en un cigarro que en una terapia de reemplazo de nicotina (TRN) o en un vapeador.

Las terapias de reemplazo, como los parches o chicles, han sido aprobadas por organizaciones como la OMS y la FDA. De hecho, se ha demostrado que el uso controlado de nicotina puede ser parte efectiva de estrategias para dejar de fumar.

Productos de nicotina sin combustión

Gracias a los avances tecnológicos, hoy existen alternativas que ofrecen nicotina sin los efectos nocivos de la combustión:

  • Vapeadores o cigarrillos electrónicos: Calientan un líquido que contiene nicotina y saborizantes sin generar humo.
  • Bolsas de nicotina (nicotine pouches): Pequeñas bolsitas colocadas entre la encía y el labio que liberan nicotina.
  • Parches, chicles, inhaladores y pastillas: Usados en programas de cesación tabáquica.

Según Public Health England (2021), el vapeo es al menos un 95% menos dañino que fumar.

Rompiendo mitos

“La nicotina causa cáncer”

Falso. El cáncer está relacionado con los productos de combustión y no con la nicotina como tal.

“Vapear con nicotina es igual de malo que fumar”

Falso. Aunque no esté exento de riesgos, el vapeo es considerablemente más seguro, especialmente si reemplaza el cigarro convencional.

“La nicotina daña el corazón”

En dosis altas podría tener efectos cardiovasculares leves, pero en las cantidades usadas en TRN o vapeadores es mucho menos riesgosa que el tabaco combustionado.

Llamado a la información responsable

Demonizar la nicotina sin contexto tiene consecuencias negativas: aleja a fumadores de herramientas de reducción de daños y perpetúa la desinformación. Es fundamental separar los riesgos reales del mito para promover un debate basado en evidencia y no en moralismos.

Conclusión

La nicotina no es inocente, pero tampoco es la principal culpable. Entender sus verdaderos efectos y su potencial en estrategias de reducción de daños es clave para avanzar hacia un enfoque de salud pública más pragmático y menos dogmático.

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