No hay evidencia científica de los supuestos riesgos del cigarrillo electrónico

Por toda España han proliferado los establecimientos dedicados a la venta de cigarrillos electrónicos y sus componentes, ofreciendo incluso hasta pruebas gratis del producto, tan es así que en el 2009 sólo existían dos tiendas de este tipo y al día de hoy cuentan más de 3,000, esto sin tomar en cuenta a los estancos que también se han involucrado en el mercado de estos dispositivos.

Este producto se ha vendido como pan caliente a decir de los estanqueros, quienes además de comercializar los dispositivos vaporizadores, también venden el líquido que se utiliza para vapear en todas sus concentraciones desde 24 miligramos por mililitro de nicotina, hasta cero, el precio de este ronda los cinco euros y a decir de los fabricantes "aguantan cinco veces más que un paquete de cigarrillos convencionales".

Sin embargo, han surgido casos de males supuestamente relacionados con el consumo de este producto, hablando de números que no significan una cantidad considerable o alarmante, ya que sólo se han registrado dos casos en el mundo de patologías supuestamente relacionadas con el consumo de cigarrillos electrónicos, uno de estos casos se registró en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, donde se diagnosticó un caso de neumonía lipoidea, que se especula está asociado al uso del dispositivo.

Según las declaraciones de la responsable de la unidad de tabaquismo del complejo hospitalario de A Coruña, la doctora Julia Tábara, un hombre "de unos cincuenta años", quien era un fumador habitual de por lo menos cuarenta cigarrillos analógicos por día, comenzó a utilizar el cigarrillo electrónico, después de haber sido ingresado en el hospital "por una patología no relacionada con el tabaquismo". No obstante la doctora no especifica las condiciones en que utilizaba el cigarrillo electrónico, ni si lo hacía o no de una manera adecuada, llevando a cabo el mantenimiento habitual que debe tener este dispositivo para su adecuado funcionamiento, ni las especificaciones del líquido, su procedencia, o la cantidad que consumía a diario. Todos estos factores son claves para poder tener una conclusión certera. Sin embargo declara que al paciente se le descubrieron nódulos adiposos en los pulmones, mismos que los médicos asociaron a la glicerina vegetal que contiene el líquido utilizado en el cigarrillo electrónico, se dijo que el paciente cesó el consumo de cigarrillos electrónicos y fue dado de alta.

El otro caso documentado de neumonía lipoidea fue anterior a este, se registró en el 2012 en los Estados Unidos, la paciente fue una mujer de 42 años de edad quien fue tratada en el hospital Legado del Buen Samaritano de Portland, Oregon, después de haber presentado síntomas como respiración deficiente, fiebre y tos, durante siete meses, tiempo en el que se especula había estado utilizando el cigarrillo electrónico, pero otra vez, no se especifica la forma en que estaba utilizando el dispositivo, ni las cantidades de líquido que utilizaba ni mayores datos relevantes que arrojaran un resultado confiable de las causas de sus dolencias, sin embargo si se documentó que la mujer había sufrido con anterioridad males tales como: artritis reumatoide, asma, trastorno esquizoafectivo, fibromialgia e hipertensión. Además había llevado tratamientos médicos diversos con medicamentos para la hipertensión antes mencionada, psicofármacos, complejos vitamínicos y también utilizaba un inhalador de albuterol para el asma.

A partir de esto, muchas opiniones se fueron vertiendo en torno al tema, entre ellas las de muchos médicos especialistas, quienes defienden el uso del cigarrillo electrónico como un método efectivo para dejar de fumar, bajo el argumento de que el glicerol, como su propia nomenclatura lo indica, es un alcohol y no un lípido en sí, y sólo forma parte de algunos lípidos cuando se combina con ácidos grasos.

Esto ha llevado a formular una teoría más lógica y que consta de mucho más sentido, al establecer que en el primer caso de neumonía lipoidea el factor determinante para la evolución de la enfermedad fue el ácido oleico, el cual es utilizado como excipiente en los inhaladores para el tratamiento del asma, ambos compuestos pudieron haberse aliado y producido triglicéridos que después se acumularon en los pulmones de la paciente.

Por otro lado el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín, adjudicó la responsabilidad del caso de neumonía lipoidea en España al glicerol, esto sin externar estudio alguno que lo demuestre. Del mismo modo el director de investigación en tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Carlos Jiménez, lanzó una advertencia sin fundamentación científica asegurando que de mantenerse el consumo de cigarrillos electrónicos "en poco tiempo se podrán diagnosticar más casos de neumonía lipoidea", acusando nuevamente al glicerol.

Los cigarrillos electrónicos contienen hasta 450 veces menos toxinas que los convencionales.

Hablando del posible grado de toxicidad de los cigarrillos electrónicos, se llevó a cabo un estudio a nivel internacional cuyos resultados arrojaron que en efecto se encuentran algunas toxinas existentes en el consumo de tabaco tradicional, sin embargo las cantidades de las mismas son hasta 450 veces menores en el cigarrillo electrónico, también se demostró que el vapor no contiene elementos tóxicos, sin embargo existe una posibilidad remota de que se produzca una cantidad poco significativa de toxinas al calentarse la resistencia que vaporiza el líquido para vapear.

Otro estudio realizado en el Centro de Cáncer Roswell Park de Chicago dio como resultado que "utilizarlo en interiores puede exponer involuntariamente a no usuarios a la nicotina, pero no a productos tóxicos relacionados con la combustión y específicos del tabaco". Sin embargo también sugiere que hacen falta más estudios para evaluar sus efectos a largo plazo.

Al momento de evaluar la efectividad de los cigarrillos electrónicos para dejar el hábito del tabaquismo, hay investigaciones que indican que son efectivos de una manera moderada. Se llevaron a cabo experimentos controlados donde se monitorizaba a usuarios del cigarrillo electrónico que a su vez eran usuarios de cigarrillos convencionales, al cabo de dos meses el 10,7% fumaban menos cigarrillos convencionales, mientras que el 8,7% dejó de fumar por completo, por otra parte en otra fase de la investigación, el experimento se llevó a cabo durante seis meses y se utilizaron además parches de nicotina y líquido para vapear con una concentración de 0 mg/ml de nicotina, al cabo de éste 7,3% de los sujetos de prueba que utilizaban líquido con nicotina lograron pasar el proceso de los seis meses sin fumar cigarrillos convencionales, mientras que de los que utilizaron los parches sólo el 5,8% logró hacerlo y a la vez de los que utilizaron el líquido sin nicotina sólo el 4,1% llegó a la abstinencia por este periodo de tiempo.

Así mientras se llevan a cabo los estudios que en definitiva logren esclarecer la inocuidad o el daño que puedan producir los cigarrillos electrónicos, por el momento los resultados son favorables para este sector, ya que como mínimo son mucho menos dañinos que los cigarrillos convencionales.

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