Los Ángeles: Prohíben uso de cigarrillos electrónicos en espacios públicos tanto abiertos como cerrados

La ciudad estadounidense de Los Angeles (California) prohibirá el uso del cigarrillo electrónico en los lugares públicos donde no está permitido el consumo de tabaco, incluidas áreas de trabajo, restaurantes y bares, tras una votación realizada el martes por su legislativo.

La Alcaldía de Los Ángeles votó por 14 votos contra 0 la prohibición en lugares de trabajo interiores, zonas de comedor al aire libre, parques, áreas recreativas, playas, bares y discotecas donde está prohibido consumir tabaco.

Los llamados salones y tiendas de "vaping" (áreas específicas para su consumo) estarán exentos, en línea con las excepciones dispuestas para salones de puros y el tabaco de pipa, en los que se permite fumar, además del permiso para utilizar cigarrillos electrónicos para "propósitos teatrales".

"Los dispositivos que funcionan con baterías permiten a los usuarios inhalar un vapor con nicotina; los expertos dicen que no se sabe lo suficiente sobre el efecto de los productos químicos involucrados, en los fumadores o quienes los rodean", se justificó la Alcaldía en el acta de resolución.

"Más seguro no significa seguro", dijo el director de salud pública de Los Ángeles, el médico Jonathan Fielding. "Si bien son menos dañinos que los cigarrillos tradicionales, los electrónicos contienen algunos riesgos para salud", precisó.

Agregó que los cigarrillos electrónicos se han convertido en una "industria de 1.500 millones de dólares que ha llamado la atención a las grandes tabacaleras, que han tenido históricamente un escaso respeto por todo lo que sea la salud pública".

La votación sigue un movimiento similar iniciado en diciembre pasado en la ciudad de Nueva York, donde se acordó extender la estricta prohibición de fumar los cigarrillos electrónicos en bares, restaurantes, parques, playas y otros lugares públicos.

La industria de estos dispositivos se disparó en Estados Unidos, casi duplicando su volumen de negocios en un año, de 1.000 millones de dólares a 1.700 millones a finales del año pasado, según el grupo financiero Wells Fargo. Sus ventas crecieron nueve veces entre 2010 y 2012, según los estudios.

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