El cigarrillo electrónico, gana afamados adeptos

El famoso exfutbolista del Español, Job, se ha convertido en un célebre defensor del cigarrillo electrónico, el cual lleva colgado al cuello en una funda de cuero y de vez en vez suele darle una calada.

Su afición es reciente, comenzó en mayo pasado cuando asistió a un homenaje dedicado a su antiguo equipo en Barcelona y le llamó la atención el artefacto del que vapeaba la sobrina de uno de los directivos. Lo probó y desde ese momento dejó de fumar y ahora vapea. Siendo que pasó toda su época deportiva escondiendo las cajetillas de analógicos de sus entrenadores. Siendo deportista nunca fue capaz de dejarlo y ahora lleva alrededor de 4 meses sin fumar.

Ahora cree que no sólo es una alternativa para dejar el humo, sino que piensa que se impondrá como un negocio rentable, ayudando a su hermano a venderlo en una tienda que ha abierto recientemente. Además de la tienda de Job, existen otras dos tiendas especializadas que se establecieron en los últimos meses, lo que habla del éxito del cigarrillo electrónico. El exfutbolista cree que será uno de los regalos favoritos en la próxima época navideña, y se puede adquirir por 30 euros.

La reciente fama que ha adquirido el cigarrillo electrónico ha propiciado que la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), intervenga, advirtiendo de las supuestas “sustancias” iguales a las de los analógicos, y recordando que “pueden” causar cambios en los pulmones supuestamente parecidos a los que se dan al fumar cigarros convencionales, sin embargo no se han presentado pruebas concretas de dicho organismo que confirmen lo dicho.

Para otras personas los cigarrillos electrónicos no son más que una moda. Como los parches de nicotina, y creen que su auge será pasajero.

Humberto Rivero es propietario de un estanco cerca de El Corte Inglés y es miembro de la asociación provincial de estanqueros. Ha declarado que como asociación aun no tienen una posición definida común frente al fenómeno de los e-cigs, por que esperan ciertos informes y consultas, pero asegura que hay algunos miembros de otras provincias que exigen una regulación fiscal parecida a la que tienen los cigarros convencionales.

El sentido ambiguo de esto hace que en algunos lugares se les de la categoría de medicamentos, como es el caso de Inglaterra, y en otros países como Francia e Italia se vendan como derivado del tabaco. En España, por el momento no hay una regulación legal y los estanqueros están interesados en saber qué consideración tendrá en este país.

Humberto no lo reconoce como una alternativa para dejar el tabaco sino para satisfacer la necesidad de nicotina de una forma más barata.

Los estanqueros dicen haber notado que desde que comenzó la crisis la gente trata de economizar y hacerle frente al constante aumento de precios.

Muchos fumadores pasaron al tabaco de liar, notablemente más barato que el empaquetado y ahora el cigarrillo electrónico permite extender la cajetilla.

Esto es evidente ya que el 80% del precio de los cigarrillos convencionales va a las arcas del estado en forma de impuestos.

Una persona que fuma un paquete a diario en promedio deja 150 euros al mes en el estanco, si lo ponemos en el panorama de una pareja de fumadores, esta asume un gasto familiar de 300 euros al mes.

Con estos desembolsos, declara Humberto, es normal que la gente busque alternativas. El vapear resulta mucho más barato. Un usuario del cigarrillo electrónico que lo use constantemente consume alrededor de tres botes de recarga al mes. Cada uno cuesta 5 euros, a estos 15 euros habría que sumarle el desgaste normal de las boquillas que en promedio duran entre quince y veinte días. Un vapeador gasta seis veces menos que un fumador, porque el cigarrillo electrónico conlleva menos impuestos, declara el estanquero y agrega que algunos de sus clientes utilizan también el cigarrillo electrónico.

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